10/2/06

Recreación contemporánea de "El dos de mayo"

El Dos de Mayo de 1808 (Goya)

Recreación contemporánea de la 
"Oda al Dos de Mayo” (enlace)
 
Aún se escucha tu aflicción
y aquel fúnebre concierto
que hoy digital, siempre a muerto,
entonan bomba y cañón.
Sobre tu añejo pendón
diviso negros crespones;
hoy te retan tus regiones
con misivas funerarias:
 
La Iglesia vende plegarias.
El Arte compra canciones.

Y hoy lloras más. Te insultaron
quienes odio te ofrecieron
porque jamás te temieron,
tu gloria nunca admiraron.
Ante ti no se inclinaron
y en su hostil y oscura zona
siempre fuiste su Matrona
con tus flechas y tu yugo
y así te ven cual verdugo
y repudian la Corona.

Trágica memoria mía
dolida siempre me lleva
al sepulcro que se eleva
a un cielo de valentía
que en esa región bravía
ningún sol la tornasola
ni su recuerdo se inmola
con las bombas de otra guerra.
¡Vertida en aquella tierra
siempre habrá sangre española!

 
Y asediando tus legiones
debilitaron su esfera;
pidieron a la carrera
una tregua a tus leones.
Y humillaron tus pendones
y burlaron tu victoria
y ufanos buscan la gloria
y se creen rayo fecundo
en ese hueco del mundo
donde encallece la Historia.

Con un celo desigual
pero idéntica arrogancia
se postula, cual Numancia,
con paso menos marcial,
otra región ‘virginal’
enarbolando sus Fueros;
y con modos menos fieros
no aceptan ser tus vasallos
y a grupa de sus caballos
ya se sienten extranjeros.

¡Y ante Ti aparece un hombre
que reniega de tu manto
para ofrecerte su canto
bautizado con su nombre!

 ¡Celebro que no te asombre!
¡Siga enterrada la Historia
y bien viva la memoria!
El Parlamento es el coro
que de argumento sonoro
hincha tus velas de gloria.

Ese colmo de ambición
que con delirio profundo
busca concienciar al mundo
dividiendo a la nación,
hiere al íbero león
ansiando a un pueblo regir,
más no llega a percibir
ebrio en violento poder
que no quiere esclavo ser
pueblo que sabe morir.

¡Guerra! Dijo ante el altar
mostrando a España su ira.
¡Guerra! Y explotó la lira
con su violento cantar.
¡Guerra! Oyó al despertar
el Pueblo que no se aterra,
y en esta ibérica tierra
tantas víctimas lo oyeron
que hasta las tumbas se abrieron
para gritar ¡NO A LA GUERRA!

La Paz no entiende de ardor,
plácida duerme en su lecho...
¡Que el niño beba en el pecho
la Historia del ‘invasor’!
La madre infunda su amor,
por esa razón está,
y cuando el hijo se va
con más deseo le quiere
y sufrirá si se muere
pero no lo vengará.

Cantemos nuevas canciones
al amor y sus deberes,
y de labios de mujeres
lancen besos los cañones.
Sin desmerecer pendones
busquemos la Paz que zumba
contra el eco que retumba
del dolor que nos aterra
para enterrar bajo tierra
los odios en honda tumba.

Mártires de la lealtad
que del honor al arrullo
vencéis hoy al negro orgullo
y honráis a la Humanidad,
en Paz y Amor descansad,
para que este mapa ibero
brille limpio y altanero
y hasta que el mundo sucumba
en ninguna triste tumba
nadie se sienta extranjero.
Javier Feijóo
 (9 Febrero 2005)
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